¿Sabías que la hidratación es clave en el tratamiento de esta enfermedad?
EL cuerpo humano está compuesto por alrededor del 60% de líquidos corporales, los cuales son indispensables para que el organismo cumpla con sus funciones vitales y que los nutrientes sean transportados a órganos y tejidos.
Constantemente el cuerpo se encuentra eliminando cierta cantidad de líquidos con el objetivo de mantener un equilibrio interno y eliminar las sustancias que nuestro cuerpo no necesita, por ejemplo, a través de la orina, del sudor o por el simple hecho de respirar.
Además de líquidos, también tenemos pérdidas de electrolitos, estos cumplen funciones indispensables en el cuerpo por lo que debemos recuperarlos en cantidades suficientes.
Algunos tratamientos contra el cáncer pueden generar una mayor pérdida de líquidos por lo que plantear una estrategia de rehidratación puede ser una buena idea.
Los beneficios de una correcta hidratación durante el tratamiento contra el cáncer pueden incluir, mejor estado de ánimo, mayor capacidad de concentración y memorización, mejora en la digestión de los alimentos y facilita la movilidad de músculos y articulaciones. Por otro lado, la falta de líquidos o deshidratación, podría provocar sed, disminución en el volumen de orina, sequedad en mucosas, debilidad y mareos.
Para evitar la deshidratación, se recomienda un abundante consumo de líquidos (2-3L) que contengan agua y electrolitos como pueden ser soluciones de rehidratación, bebidas isotónicas, caldos y sopas. Se debe evitar un consumo excesivo de agua simple, ya que al no contener suficientes nutrientes podría inducir a una mayor pérdida de líquidos.
En condiciones como insuficiencia cardiaca, insuficiencia renal crónica o patologías en relación con edemas, será conveniente la restricción de líquidos, por el contrario, en otras como, estados febriles, síndromes diarreicos o de mala absorción, habrá que incrementar el consumo de líquidos.
Como parte de las recomendaciones generales para una dieta adecuada, tenemos las siguientes:
- Beber los líquidos en pequeñas cantidades y ajustar el consumo a las necesidades particulares de cada paciente.
- Si se presenta diarrea y es muy abundante, es preferible tomar una bebida con electrolitos.
- Puede tomarse consomé o caldos ligeros y desgrasados, agua, jugos diluidos y bebidas isotónicas.
- Realizar comidas frecuentes y en pequeñas cantidades.
- Evitar bebidas alcohólicas o con gas.
- Cocinar los alimentos con poca grasa, a la plancha, al horno o cocidos al vapor.
- Tomar los alimentos a temperatura ambiente, ni demasiado frío ni demasiado caliente.
- Evitar productos con endulzantes artificiales y colorantes.
Recuerda que una hidratación óptima ayudará a evitar síntomas relacionados con deshidratación y promoverá el mejor funcionamiento de nuestro cuerpo.
Todos juntos en la lucha contra el cáncer.
